Confío en mi padre y en mi madre
porque su ejemplo es mi único patrimonio.
La marea es la versión acuática del aire.
La banca es la versión moderna del demonio.

Tres tristes tigres venden trigo en un trigal,
se apellidan Draghi, Merkel y Lagarde.

Vinieron y no se van. Tampoco serán desahuciados.
Hijos de la misma bacteria hoy vivimos en pueblos enfrentados,
gobernados por mediocres microbios bien alimentados.

Controlan el mercado. La matemática errática está de su lado.
Obtienen el mejor beneficio garantizado sobre el precio del ganado.

Es cierto, el ser humano está domesticado y vive con miedo.
La ignorancia está contando sus monedas con los dedos,
quizá esta vez le de para comprar un prejuicio nuevo.
O quizá le de por leer y desechar un viejo credo.

El dinero es a la vida lo que la piel a los labios,
lo que una borrasca al viento y los aguaceros;
la unidad de medida que tasa los intercambios,
un juego que funciona con normas de terceros.

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